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Friday, 13 February 2009

Projecto - Karev

KAREV
Uruguay

¿Quiénes somos?

Somos un marco educativo judío que funciona dentro de la Casa de Cultura Mordejai Anilevich. Este proyecto surge a partir del año 2003 al visualizar una necesidad fundamental de nuestra Comunidad: el acercar y re-vincular a familias judías que se encuentran por fuera de la “Red”, proporcionándoles un marco de contención y apoyo y a su vez, fortaleciendo su identidad judía.

La población destinataria son los niños, niñas y adolescentes de entre 4 y 18 años que estén vinculados a los servicios sociales de la Comunidad. Es por esto que proponemos un trabajo conjunto entre los profesionales de dichos servicios y los educadores del proyecto, con el fin de realizar un seguimiento del proceso de cada chico.

Este es un marco dinámico y transitorio. El proceso individual de cada chico determinará cuánto tiempo estará vinculado a Karev.
Es un espacio que sirve como “trampolín” para la vinculación con otros marcos comunitarios, como ser la Red Escolar Judía, las Tnuot, espacios de Bar y Bat Mitzvá, Leakot de Rikudim, según las necesidades e intereses de cada chico.


¿Cómo trabajamos?

Nuestra metodología de trabajo se basa en dar lugar a procesos individuales mediante experiencias grupales. Se intenta atender a "lo individual", utilizando al grupo como medio para lograrlo.

Nos situamos desde la educación no formal, educando para la diversidad, potenciando las habilidades personales de cada chico y apuntando a una educación en valores.

La idea es visualizar y potenciar las capacidades, habilidades y deseos de los educandos, a fin de establecer a partir de ellas puntos de inicio de procesos de crecimiento y desarrollo individual y grupal.


Objetivo general

Brindar un lugar de crecimiento personal, de esparcimiento y reflexión, haciendo énfasis en los aspectos afectivos y sociales de cada persona, buscando acompañar a cada chico en su proceso de fortalecimiento personal y construcción de su identidad judía, así como en el proceso de integración a otros marcos judíos.


Miércoles a miércoles...

Los encuentros son una vez por semana los días miércoles. Cada encuentro consta de dos horas de actividad (de 17 a 19Hs.) más el tiempo en la camioneta. La dinámica es la siguiente: a los chicos y chicas se los/ las pasa a buscar por sus casas y se los trae hasta el ken ( en muchos casos pasan más de 1 hora y media en la camioneta ya que viven fuera del departamento de Montevideo). Al llegar tienen un tiempo de juego libre (de 17Hs a 17:30Hs) y luego se empieza la actividad. Ésta dura aproximadamente hasta las 18: 40Hs y el tiempo que queda se utiliza para merendar.
El programa del año y las diferentes temáticas pretenden concretar un acercamiento de los/ las chicos/ chicas a contenidos judeo-sionistas que se consideren relevantes en tanto conformadores de identidad.


Marco Teórico

Cuando se piensa en el planteo de un proyecto educativo, es de fundamental importancia dar lugar prioritario al entorno, que da contexto a la lectura particular que del espacio educativo se realiza.
Desde que lugar nos estamos parando, y frente a que supuestos teóricos nos estamos sosteniendo, que premisas alimentan el modelo de una propuesta determinada de trabajo.
Como primer punto de inflexión se debe recordar que nos encontramos en la edad de la cultura que muchos autores han dado a llamar posmodernidad, como contrapuesta a la modernidad sería la época del desencanto.
El desencanto se produce porque se considera que los ideales de la modernidad no se cumplieron. El proyecto de la modernidad apostaba al progreso. Se creía que la ciencia avanzaba hacia la verdad, y la ética encontraría la universalidad de normas fundamentadas racionalmente. No obstante las conmociones sociales de los últimos decenios parecen contradecir los ideales modernos.
Para Lipovetzky[1] la sociedad posmoderna es la era del vacío en la que los sucesos y las personas pasan y se deslizan, en la que no hay ídolos ni tabúes definitivos, pero tampoco tragedia o apocalipsis.
En la sociedad moderna no hay lugar para la revolución, ni para los fuertes compromisos políticos, y la idea de cambiar radicalmente a la misma, no se le ocurre a nadie.
En 1989 Francis Fukuyama publicó un artículo que tuvo un alto impacto, “El fin de la Historia”. En el mismo plantea entre otras cosas que a lo largo del siglo XX con el derrumbe de los regímenes comunistas en Europa Occidental y la Unión Soviética, que en ese momento se insinuaba y se concretaría poco después, la democracia liberal del estilo occidental a quedado sin rivales a la vista y la historia política de la humanidad habría llegado a su fin. La poshistoria en la que se hallarían los países democráticos y desarrollados se caracteriza por priorizar el desarrollo económico, el desentendimiento y la apatía política, la construcción de riqueza material en grado acelerado y la mercadización mundial.
Han cambiado los parámetros de progreso, si en otras épocas el progreso se relacionaba con el avance humano, y la búsqueda de lo ético, hoy sin duda alguna cada uno de nosotros relaciona el progreso a lo económico a lo tecnológico, y las consecuencias que lleva consigo este “progreso” son efectos secundarios que se intentará alivianar sin detener esta marcha.
El sentido del tiempo histórico está profundamente afectado por la decadencia de las utopías. Cuando la utopía desaparece la historia deja de conducir a un

fin último. No ¿Podemos imaginar una sociedad sin utopías? Sería una sociedad sin metas. Con el abandono de las utopías, el hombre perdería su voluntad de dar forma a la historia, y por lo tanto su capacidad de comprenderla.
Se ha generado un cambio en el dispositivo ético social, partir de mitad del siglo XX.
“...Denomino posética a esta nueva relación entre el hombre y los valores, de lo que está bien, y de lo que está mal...”[2] Se trata de los valores, de lo que está bien y de lo que está mal. Se ha dado un cambio fundamental: el tipo de preguntas que el sujeto se plantea respecto de su acción moral. La modernidad se preguntaba acerca de lo necesario; la posmodernidad se pregunta acerca de lo conveniente; actuar de acuerdo a lo que se desea obtener.
En cuanto a los jóvenes, se ha perdido en gran medida, la necesidad de rebelarse, no ven a sus padres como personas muy diferentes a ellos, no tienen problema en ponerse de acuerdo en cuanto a una convivencia razonable, encuentran que están de acuerdo con la educación que recibieron y que la pondrían en juego con sus propios hijos, no sienten una “brecha generacional” que los separe de la generación anterior, sus discusiones familiares pasan por lo cotidiano, no por un enfrentamiento ideológico. Si bien pueden bajar a la calle por la defensa del medio ambiente o en defensa de la educación pública, en el micromundo familiar no se presentan grandes batallas.
“El problema es más bien la neutralización de lasa relaciones, el no-intercambio. Y lo que se hace es cohabitar. Se habla, si, pero no se comprende o se piensa que no se puede comprender y que nada puede hacerse por los demás. Ya no hay deseos de comunicarse...” Tal vez, este hablar sin comunicar tenga relación con el descreimiento de la palabra que surge como rasgo de la posmodernidad[3]
Se juega una carrera contra el tiempo, un tiempo que se ha acelerado, y cuya inversión tiene un costo demasiado alto, quedar fuera en una intensa carrera por llegar primero. Alcanzar un status determinado, consolidar posiciones laborales, y asegurarse “el futuro”, de algún modo el modelo al que antes debía enfrentarse el joven, constituye él modelo; por otra parte parece ser que el mundo adulto se esfuerza cada vez más por ser joven permanentemente, una imagen que es venerada y sin embargo se vacía del contenido renovador e idealista que lo caracterizaba.
Los ciudadanos de esta época estamos sumergidos en una sociedad donde se persigue no sólo la rapidez, sino más bien la aceleración. Esta aceleración es notable, la información que el individuo procesa, por su propia experiencia, o a través de los medios es cada vez mayor y cada vez más fugaz.

Por otra parte se puede decir que la complejidad creciente del entramado social urbano y su ramificación en miles de actividades.
Se puede decir que la complejidad creciente del entramado social urbano y su especificación en miles de actividades especializadas y simultáneas, provocan en el ciudadano, sobre todo en el joven, un desconocimiento de los territorios y las funciones del entorno.[4] Este desconocimiento provoca una sensación de pérdida de control del conjunto. Es necesario enfrentarse, sobre todo por razones vivenciales al problema angustioso de tener que situarse en este complejo entorno.

Por otra parte se podría decir que se ha perdido uno de los elementos tradicionales de la constitución de la identidad, el espacio. y por lo tanto se debilita el modo tradicional de construir la identidad.
Como ha escrito Giddens: “...se separa paulatinamente el espacio del lugar al fomentar las relaciones entre los “ausentes” localizados a distancia de cualquier situación de interacción cara a cara. En estas condiciones, el lugar se hace crecientemente fantasmagórico...”
Ha sido también el período de instauración del individuo y de su derivación abstracta el individualismo.
La sociedad occidental moderna ha empujado con fuerza los valores del individualismo y del éxito del individuo, favoreciendo el aislamiento progresivo del individuo y su núcleo familiar. El individualismo de la primera modernidad ha devenido en un individualismo que con el paso del tiempo condujo al aislamiento.
Este aislamiento es tanto físico como mental, y se siente como un daño a la innata tendencia comunitaria de la persona. De ahí que muchos individuos y especialmente los jóvenes sientan esa frustración.
Estamos es un mundo donde: “la gente circula cada vez más, pero las personas se encuentran cada vez menos”[5].
Se han multiplicado los medios y los canales de información, pero esto no se ha visto traducido en un aumento de los contactos entre las personas; y aún más al contrario, la tecnología que nos acerca a personas que probablemente nunca conoceremos directamente, viene a sustituir el encuentro personal.
En medio de un contexto tal, se ha perdido la visión de “ El Otro”, se lo mira con sospecha o miedo, pero siempre a distancia.

Todas las tecnologías tienden a crear un nuevo ambiente humano, son procesos activos que remoldean igualmente a los seres y a las otras tecnologías. Cuando una sociedad adopta o inventa una nueva tecnología que da predominio o nueva importancia a uno de sus sentidos, la relación de los sentidos entre ellos se transforma. El hombre se transforma.[6]
En referencia específicamente al ámbito educativo, es esencial tener presente, que la nueva tecnología lleva consigo una forma de pensar que orienta a una persona a enfocar el mundo de una manera particular. “ Los ordenadores implican maneras de pensar primordialmente técnicas.

Cuanto más transforma la nueva tecnología el aula en su propia imagen, tanto más una nueva lógica sustituye a la comprensión crítica, sea política, sea ética. El discurso del aula se centrará más en la técnica. Una vez más el “como” reemplazará al “por qué”.”[7]
Nos encontramos en una época, en la que a partir de una nueva configuración técnica, s se inventa una nueva modalidad humana. [8]

En este contexto no podemos olvidar los mecanismos de transmisión de los conocimientos de una sociedad, la educación es un actor esencial en este nuevo escenario.
Desde este lugar, es importante reposicionar el aprendizaje socio-afectivo, que deben ser privilegiados, junto con los cognitivos. Un discurso que recupero lo formativo, la persona, propiciando el aprendizaje en forma lúdica, participativa y motivada, como complemento fundamental del trabajo realizado por el docente en las instancias curriculares de clase en el incentivo del trabajo cognitivo tradicional, y que a su vez permita recuperar también el aprendizaje grupal, la construcción de la experiencia y el conocimiento como tarea y objetivo común, un espacio para encontrarse y desarrollarse.
Dentro de este contexto es que se realiza una búsqueda de nuevas herramientas que permitan trabajar con el educando desde lugares diversos, que permitan abrir al mismo un abanico de posibilidades y estímulos, conectándolo con sus propias potencialidades e interactuando con su propia demanda.
Introducimos desde este lugar el concepto de Educación No Formal como forma de trabajo en este marco.
Cuando hablamos de Educación No Formal nos referimos a toda actividad educativa organizada y sistemática realizada fuera de la estructura del sistema clásica formal, para impartir ciertos tipos de aprendizajes a ciertos subgrupos de la población.

Planteamos pues, la implementación de una educación vivencial, que se apoya en el principio del realismo, y nos permite adecuar la enseñanza a la vida, a partir de problemas que el alumno perciba como reales y significativos para su existencia.[9]
La metodología de la educación no formal nos permite pues poner en práctica estos principios de manera potencial, ya que a través de diversas técnicas, se desarrollan las habilidades grupales e individuales de los educandos, favoreciendo el proceso de construcción del aprendizaje, a través de la creatividad, la imaginación, y el juego.
La inclusión sistemática de espacios de educación no formal en mayor proporción en la vida de niños y adolescente no es arbitraria, sino que se trata de mecanismos que despiertan los estímulos para el desarrollo de las capacidades necesarias para la resolución de problemas y dilemas; la toma de decisiones; la sensibilidad necesaria para reconocer y valorar la importancia del otro, y del grupo aprendiendo a convivir con la diferencia; facilitador en la expresión de sentimientos, emociones; aprehensión de conocimiento; explicitación de preocupaciones y experiencias; ejercicio en el relacionamiento con consignas y con tareas puntuales etc.

Los niños en situación de vulnerabilidad social, se ven privados de instancias de desarrollo que le posibilitan el aprovechamiento de sus habilidades, y por lo tanto limita su campo de lo posible para la proyección a futuro. Por otro lado la tnuá aparece ocupando un lugar de importante identificación en su vida afectiva y cognitiva, que permite el abordaje personalizado, según el diagnóstico personal, y el trabajo multidisciplinario en función de la tarea.
En los últimos años los procesos socio económicos vividos en el Uruguay, han agravado notablemente las condiciones de vida de los habitantes del país, y por supuesto la comunidad judía no ha sido ajena a este proceso.
Pero este fenómeno trae consigo el acercamiento por parte de las instancias comunitarias al tema de la pobreza, un tema que ha existido siempre, pero que parece haber tomado visibilidad con lo que se ha dado a llamar la “Nueva Pobreza”.
Sí bien la nueva pobreza como categoría de estudio, y de caracterización es real y efectiva, no debe asimilarse que la pobreza es un fenómeno nuevo, porque de ninguna manera lo es, existen familias
Mediante las actividades propuestas los educandos intentan alcanzar las metas, sujetándose a las normas que las determinan sugeridas por el educador para lograr sus objetivos, y estableciendo la búsqueda de una verdad a ser descubierta en forma conjunta.
En su intencionalidad ideológica estos espacios de formación deben orientarse a la construcción de sujetos con capacidad crítica, que puedan pensar y

pensarse desde la complejidad de variables que intervienen en la realidad social.
A su vez se establecen pues redes sociales que permitan un tipo de estrategia social diferente, que relacione a los chicos entre sí y a estos con la institución: “... El otro se ubica en el orden del relacionamiento estratégico que establezcan estos actores en tanto habiliten a la creación de espacios donde puedan compartir, integrar y construir nuevos conocimientos que potencialicen la gestión de proyectos. Compartir los aprendizajes implica concebir el poder como construcción colectiva...”[10]
El abordar diversas temáticas que atraviesan de un modo u otro la subjetividad de los educandos, de manera participativa, estableciendo nuevos vehículos de circulación de información, y facilitando la formación en ejes que no serían abordados desde ningún otro lugar.
Nuestra propuesta plantea pues, partir de las capacidades humanas y no de sus debilidades o dificultades, ampliando los caminos de acción, eligiendo alternativas y haciendo permanentemente elecciones.


Proyecto Karev 2006

Objetivos específicos:

§ Poder vincular en mayor medida a las familias de los/ las chicos/ chicas ofreciéndoles distintas instancias de encuentro y vías de comunicación.
§ Enseñar con mayor profundidad el idioma hebreo.
§ Brindar una propuesta específica para el grupo adolescente (de 15 a 18 años) realizando capacitaciones vinculadas al liderazgo y la educación.
[1] Lipovetzky. “La Era del Vacío”
[2] Esther Díaz. “Posmodernidad”. Capítulo IV. La Posética. Pág73. Editorial Biblos. 1999.
[3] Guillermo A. Obiols- Silvia Di Segni de Obiols. “Adolescencia, Posmodernidad y Escuela Secundaria” Ser Adolescente en la Posmodernidad. J.D.Salinger. Editorial Kapeluz S.A. Bs. AS.
[4] Pere-Oriol Costa. José Manuel Pérez Tornero. Fabio Tropea. “Tribus Urbanas” Editorial Paidós Estado y Sociedad España 1996.
[5] Pere-Oriol Costa. José Manuel Pérez Tornero. Fabio Tropea. “Tribus Urbanas”. La Pasión Neotribal Contemporánea. Pág. 31. Editorial Paidós Estado y Sociedad España 1996.


[6] McLuhan, 1985:303.
[7] Apple, 1989: VII.
[8] Roberto Marafioti. Hugo Cormick. Carlos Lagorio. “Culturas Nómades: Juventud, Culturas Masivas y Educación. Editorial Biblos. 1996. Bs.As.
[9] Roberto Andreón. “Hacia una Nueva Educación”. Editorial MZ Ltda. 1985.
[10] Lic. Blanca Acosta. “Redes Sociales: una estrategia de gestión Comunitaria”

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